Auschwitz, no hace mucho, no muy lejos



Hace un par de años fui de viaje a Polonia, concrétamente a Cracovia y como está relativamente cerca, no podía irme sin visitar Auschwitz.

Seguramente no haya nadie en el mundo que no sepa de la existencia de este lugar o de las horribles atrocidades que allí se cometieron...


Y es que, aprovechando que a partir de este mes hay una exposición sobre Auchwitz en Madrid, en el Centro de Exposiciones Arte Canal (del 1 de diciembre del 2017 al 17 de junio del 2018), quería contaros mi experiencia y mis sensaciones cuando estuve allí. 


De hecho, el título de este post es precisamente el lema de la exposición: "No hace mucho. No muy lejos", lema que me parece muy acertado; no debemos olvidar lo que pasó, no debemos cometer los mismos errores.


Auschwitz no es un lugar agradable, un lugar en el que pasar mucho tiempo...pero si es un lugar que te hace pensar, te hace preguntarte cómo el ser humano puede ser así...cuando estás allí no hay mucho que decir; simplemente el silencio ya es sobrecogedor...

Esa es una de las cosas que más recuerdo de allí, el silencio y la sensación de soledad.


Y, si bien no es un lugar que provoque alegría o entusiasmo, sí creo que es una visita obligada si estáis en Polonia.

Localizado a 70 km de Cracovia, el campo de concentración de Auschwitz, fue un complejo formado por tres campos de concentración y exterminio, donde se calcula que murieron más de un millón de personas, durante la Segunda Guerra Mundial.


Los campos de concentración que forman el complejo son Auschwitz I, el campo original, Auschwitz II-Birkenau, de concentración y exterminio y Auschwitz III-Monowitz, campo de trabajos forzados. 

De los tres campos, sólo pueden visitarse Auchwitz I y Auchwitz II-Birkenau, y para llegar podéis hacerlo de varias formas.


Lo que yo hice, y lo que recomiendo, es contratar un tour organizado. Me parece la opción más cómoda ya que te recogen en el alojamiento, te llevan a los campos y luego de vuelta al alojamiento; además incluye una visita guiada en español por ambos campos que dura en total unas 4 o 5 horas.


La excursión cuesta, si no recuerdo mal, 125 PLN (unos 30€) y podéis contratarla desde aquí o directamente desde el hotel o el alojamiento donde os quedéis, la mayoría suelen ofrecer estas excursiones; preguntad y seguramente os informen.


También podéis hacer la visita por vuestra cuenta, la entrada es totalmente gratuita antes de las 10:00 y después de las 15:00; entre esas horas cuesta unos 40 PLN (10 €); pero yo os recomiendo que cuando lleguéis allí contratéis una visita guiada porque, sin duda, merece totalmente la pena. 


Podéis consultar horarios y precios de la entrada a Auschwitz en la web oficial.

También podéis llegar en tren o en autobús. El tren sale desde la estación central de Cracovia y debéis bajaros en el pueblo Oświęcim, que es donde se encuentra Auschwitz, desde allí podéis coger un autobús local hasta el campo de concentración. 


El autobús también lo podéis coger en la estación central de Cracovia y para en el mismo pueblo que el tren e incluso hay algunos autobuses que tienen parada en el propio campo de concentración.


Podéis consultar el precio y horario de los autobuses y trenes en la web oficial.

Estas opciones son algo más baratas aunque el tiempo que tardaréis en llegar, sobre todo si vais en tren, es bastante mayor. 


Otra recomendación que os hago es que, si podéis, visitéis Auchwitz en épocas de temporada baja, ya que la afluencia de turistas es mucho menor. Yo fui en enero y había muy poca gente, como podéis ver en las fotos.

El primer campo que visitamos fue Auschwitz I, el centro neurálgico y administrativo de todo el complejo, fue fundado en 1940 y llegó a albergar a más de 20.000 prisioneros.



Lo primero con lo que te encuentras antes de acceder a este campo de concentración es la famosa puerta en la que puede leerse la frase "Arbeit Macht Frei", en español, "El trabajo te hace libre"; unas palabras bastante perturbadoras que hacían pensar a los prisioneros que en algún momento podrían ser libres...



Tras pasar esa puerta nos encontramos ante un campo de concentración compuesto por diferentes edificios de ladrillo que, en un principio, estaban pensados para albergar a presos políticos polacos. Cada edificio estaba destinado a fin concreto, algunos simples residencias de solados o almacenes, otros cárceles atroces...



Uno de estos barracones, el 11, era el más horrible de todos; una prisión dentro de otra prisión...allí llevaban a los presos para ser castigados, interrogados, torturados e incluso ejecutados.



Actualmente, es en varios de estos barracones donde se encuentran, a modo de exposición, multitud de objetos que los soldados quitaban a los presos tras acceder al campo con la promesa de que les serían devueltos más adelante, puesto que cuando entraban al campo, no sabían lo que les esperaba...



Los soldados les engañaban haciéndoles pensar que les vendían parcelas y casas y les ofrecían buenos puestos de trabajo, una vez dentro los que no "servían" para trabajar era asesinados y los que sí, trabajaban prácticamente hasta la muerte.



Gafas, prótesis, maletas, zapatos, utensilios de aseo, pelo humano...no puedo expresar lo que se siente al ver todo aquello, una mezcla de pena, impotencia y miedo...



También las latas vacías de Ciclon-B, el gas que usaban en las cámaras; gas que fue creado como plaguicida y que posteriormente comenzó a usarse en los campos de concentración para acabar con la vida de miles de personas...



Tras la visita a este campo nos dirigimos en un autobús al campo de concentración Auschwitz II-Birkenau. 

Este campo fue construido en 1941 en la localidad de Birkenau (a unos 3 km del campo principal) como parte del plan de la Alemania nazi conocido como “Solución final” en el que se pretendía aniquilar a la población judía y es en este campo en el que se cometieron las mayores atrocidades...



Este campo me impactó muchísimo más que el de Auschwitz I; se trata de una extensión de campo enorme, unas 175 hectáreas y que, en su momento, estaba dividido en varias secciones delimitadas con alambres de púas y verjas electrificadas.



Auschwitz II-Birkenau no era un campo de trabajo igual que los demás, sino que se construyó con la función de exterminar a los prisioneros que entraban en él. Para ello fue equipado con cinco cámaras de gas y hornos crematorios, cada uno de ellos con capacidad para 2.500 prisioneros.



Os podéis imaginar las sensación que produce caminar por ese campo, pisar el mismo suelo que hace no tanto tiempo pisaron las personas que estaban allí prisioneras...



Es por eso que visitar los campos de concentración de Auschwitz no es agradable, es más, os iréis con una sensación muy desagradable; pero, como ya os he comentado, creo que es una visita obligada si vais a Polonia y, concrétamente, a Cracovia.



Lo importante de la historia es no olvidar lo que sucedió, no cometer los mismos errores...

Espero que la entrada de hoy os haya parecido interesante y espero haber podido transmitir bien mis sensaciones y que, aunque me he enrollado un poquito, no se os haya hecho demasiado larga.

¡Buen viaje! europa polonia cracovia


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